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Comunicados de Prensa

Cuando N = 1 es suficiente

Nuestro conocimiento zoológico está muy desequilibrado en lo que a la geografía se refiere. Sabemos mucho sobre un puñado de especies norteamericanas o europeas y apenas nada sobre una multitud de especies de Africa o America del Sur. En esta pequeña nota sacamos a la luz unos datos que obtuvimos hace bastante tiempo (1997) y que por entonces pensamos que no merecía la pena publicar. Cuando me tropecé de nuevo con ellos limpiando el disco duro, me di cuenta de que eran más interesantes de lo que recordaba. Tanto por lo que cuentan como por la moraleja que representan.

Las cósifas son un grupo de aves emparentadas con nuestros petirrojos y colirrojos (Turdidae) que viven en bosques africanos, pero también en parques y jardines. En 1997, mientras estudiábamos una especie que hace duetos de canto en Gambia, Peter Slater, Patrick Sellar, Clive Barlow y yo encontramos un nido de la cósifa coroniblanca (Cossypha albicapillus). Al observar el nido, nos dimos cuenta de que los adultos que daban de comer a los pollos eran más de dos.

Decidimos poner una red en la zona, capturar a las aves y marcarlas para poder ver quiénes daban de cebar a los pollos. Nos sorprendió ver que al menos 5 aves distintas traían comida. Se supone que esta especie es monógama, así que toparnos con un ejemplo de cría cooperativa en el primer nido que encontramos fue una gran sorpresa.

Tomamos muestras de sangre de los adultos y de los pollos y, de vuelta en St Andrews, Jeff Graves y Helen Balfry probaron varios marcadores genéticos. Aunque sólo uno de los marcadores funcionó con esta especie, los datos fueron suficientes para mostrar que los pollos tenían al menos dos padres distintos, lo que sugería que también existe paternidad múltiple en esta supuesta especie monógama.

Claro que datos de un solo nido y un solo marcador no nos permiten decir mucho sobre el sistema de apareamiento de esta especie, pero al menos podemos mostrar que tanto la cría cooperativa como la paternidad múltiple son opciones reales.

Sería maravilloso poder volver a Africa occidental y hacer un estudio más amplio: la cría cooperativa es un fenómeno fascinante. Si no yo, al menos espero que algún día alguien que lea este artículo incremente esa n de 1: ¿qué individuos son los que cooperan y qué individuos crían?, ¿están los ayudantes emparentados con los reproductores?, si hay varios padres genéticos, ¿pertenecen al mismo grupo social?.. tantas preguntas abiertas por el descubrimiento de un solo nido.

 

Diego Gil

 

 

Imágenes

  • Cosifa coroniblanca en la mano
  • Un sudoroso y jovencísimo Diego trabajando en Gambia a la luz de las velas